Como te contábamos en esta nota, el trabajo de branding es imprescindible al momento de poner en marcha tu emprendimiento. Elegir el nombre adecuado merece tiempo, dedicación y paciencia. Después de todo, ¡se trata de la identidad de tu proyecto! 😉
Una de las aristas más complejas de esta tarea es diseñar lo que comúnmente llamamos el logo de la marca: otorgarle una forma visual, que sea atractiva, distintiva, única. Llegado este punto, la recomendación ineludible es contar con asesoramiento profesional. Aún cuando existen muchas herramientas online gratuitas o de bajo costo, que le permiten a los usuarios desarrollar un diseño en pocos pasos, un profesional idóneo podrá orientarnos para que la toma de decisiones sea acertada, desde el comienzo del proceso. Es un esfuerzo que vale la pena realizar.
Para ayudarte a comprender la complejidad del proceso, te contamos cuáles son los 5 puntos básicos que debemos tener en cuenta cuando desarrollamos un trabajo de identidad visual.
1- Pensar en el tipo de identidad que quieras tener. Dependiendo de la marca (longitud, sonido, referencias) podés optar por un logotipo (sólo empleando recursos tipográficos, como en el caso de Samsung o Google), un isotipo (una imagen que sintetice los atributos cualitativos de la marca, como lo hicieron Apple o Nike), o bien combinar ambas opciones, en lo que se denomina isologotipo (como, por ejemplo, los casos de Amazon o Burger King). El producto final debe representar el espíritu de la marca, sus principales atributos y cualidades: una síntesis de la misión institucional.
2- La imagen necesita ser sencilla, limpia, fácilmente identificable y legible. Un exceso de recursos (líneas, superposiciones de colores, formas complejas, fuentes con demasiada fantasía) puede confundir a los receptores y atentar contra la comunicación de los atributos del negocio.
3- Es fundamental imaginar el logo/iso/isologo aplicado en la mayor cantidad de soportes posibles. El público debería reconocer e identificar la marca claramente, en un golpe de vista, tanto serigrafiada en soportes pequeños (como un pin o un bolígrafo) como en uno de mayor tamaño, como una gigantografía.
4- Además de la versión con los colores originales, es importante preparar también las opciones en negativo, escalas de grises, y blanco/negro, con el fin de que el diseño no pierda visibilidad y claridad aún en fondos oscuros o en soportes impresos en diferentes calidades o tonalidades. En todos los casos, la marca debe mantener las cualidades básicas que permitan su reconocimiento inmediato por parte de la audiencia.
5- Considerando la multiplicidad de usos que tendrá el logo/iso/isologo, el diseño requiere ser elaborado técnicamente en alta calidad de resolución, y almacenados como archivos editables (AI, CDR, PSD, por ejemplo). Hablamos de archivos de 300 DPI como mínimo. La mayoría de los sitios gratuitos no permiten este resultado, o cobran por su descarga. Un archivo en baja resolución no puede ser aplicado de manera efectiva en soportes de alta calidad (el resultado sería una impresión pixelada) y eventualmente se debería contratar a un diseñador profesional para redibujar la imagen, lo que conllevaría duplicar costos y tiempos operativos.
Con un poco de paciencia, asesoramiento (que podemos brindarte desde Voces) y buen gusto, aplicando estos consejos podés llevar tu emprendimiento al próximo nivel. ¡Animate!

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