De la identidad a la imagen

De la identidad a la imagen

Uno de las nociones fundamentales para entender la comunicación empresarial es la de imagen.

Pero… ¿qué es lo que queremos decir con “imagen institucional”? ¿Es lo que somos, lo que queremos ser? ¿Nuestro logo, nuestros colores, la fachada de nuestro local?

No exactamente.

La imagen de nuestra empresa, de hecho, está fuera de nosotros. Está en nuestros clientes, en las personas que ven nuestros anuncios, en los vecinos que todos los días nos saludan, en la comunidad en general.

La imagen, sin embargo, se construye a partir de dos elementos que sí nos pertenecen: nuestra realidad y nuestra identidad.

La realidad institucional es lo que nuestra empresa es: la entidad jurídica, el rubro, la infraestructura, nuestra realidad económica – financiera, la organización de nuestros recursos humanos.

La identidad institucional es lo que nuestra empresa define que es: nuestra identificación visual (identidad sensorial) y nuestra tríada misión – visión – valores (identidad profunda).

La identidad sensorial incluye:
– El nombre de la empresa y de sus diferentes marcas / productos.
– El isotipo / logotipo / isologotipo.
– Los colores corporativos.

Se aplica en diferentes soportes: instalaciones, indumentaria, vehículos, envases y embalajes, papelería, merchandising, etc.

También, por supuesto, se refleja en los mensajes que nuestra empresa emite a través de diversos canales, desde un anuncio en un diario hasta un cartel en la vía pública, desde una cuña radial hasta un anuncio en sitios web o un posteo en redes sociales.

Finalmente, y regresando al tema de esta nota, debemos entender que la imagen institucional es un concepto variable, que cada persona construye a partir de los estímulos que recibe no solamente de nuestra parte, sino también desde otros actores de la sociedad.

Por eso, todas las acciones de comunicación que llevemos adelante deben apuntar a acortar la brecha entre la identidad (lo que queremos comunicar) y la imagen (lo que los públicos perciben).

Recordemos: todo comunica; por lo que todas las acciones deben estar coordinadas, para lograr una imagen institucional coherente y unificada.

¡Hasta la próxima nota!

Fuente de consulta:
Adriana Amado Suárez y Carlos Castro Zuñeda, Comunicaciones Públicas.

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